martes, diciembre 7

La existencia y trascendencia...

Laralalalalaaaaa...
Melodías del hablar cotidiano, que tal vez invadan tus sueños hoy. No te preocupes; los sueños casi siempre serán parte de tu vida, reflejos de tu ser. No te preocupes, todo es real. Todo, todo, todo este ritmo, este rápido caminar, el beat alegre que te escribo, tal vez de un nuevo, viejo despertar. ¡Corré! Rápido como el agua. ¡Saltá! Que los árboles te cuenten la historia, con la voz del viento. ¡Gritá! Este es el momento, se acerca la tormenta... Es cada vez más lento. Hace tanto... Tanto..., tanto calor... Sopor de verano. Despieeeerta... ¿Y si le contás tu historia al viento? Tal vez así perdures más que escribiendo tus memorias. La gente no te recuerda pero sos parte de este verde. Los pájaros guardan bien latente tu imagen, resuenan tus palabras. Las personas suspirarán al ver el árbol, que un día quizás les hable con tu voz. Les cuente de tu historia, el porqué de tu canción. Sos uno, sos ninguno. Sos todo, todos, en todas partes. Sos uno y nada. Somos uno. Estamos, pero no somos. Y cuando no estemos, los árboles van a hablar del viento con nosotros, con la voz del viento de nosotros. No fuimos. Somos, y no seremos. Pero siempre existirás, en este verde que nunca pudieron entender. No te prometo la vida eterna, sólo tus voceros milenarios.

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